Estos conceptos que a continuación brindamos están
completamente estudiados y abalados por años de experiencia y se podrá estar de
acuerdo o no según quien lo lea y con la intencionalidad de lectura del mismo pero nos
enfocamos en la veracidad de los hechos.
EL MARTIR.
Maneja con su dolor y a toda la familia,
sometiéndola por lástima. Este tipo de paciente se encariña mucho con el
terapeuta ponderándolo y alabándolo, siempre y cuando no descubra su
teatralización ante la familia.
EL SIMULADOR.
Refiere síntomas fingidos con deliberados propósitos
de obtener un provecho propio. Involucra peligrosamente al terapeuta ya que
nosotros somos los instrumentos legales para sus fines, lo que nos obliga a
esmerarnos en desenmascararlo evitando complicidad.
EL RESIGNADO.
Desilusionado se auto médica, encuentra sus propias
posturas antálgicas o soporta estoicamente el dolor. Llega al consultorio por
insistencia de familiares no siendo muy exitoso el resultado en estos casos dado que la persono no quiere ningún tipo de mejoría y aunque la sienta no lo expresara.
EL DESCREÍDO.
Llega con grandes esperanzas impulsado por las
recomendaciones que lo llevaron a nuestro consultorio. Es al que le hicieron de
todo y nada dio resultado, que le gusta hablar mal de todos los profesionales
anteriores y que generalmente no termina los tratamientos para seguir pululando
por otros consultorios en los que se repetirá la historia. Por supuesto tampoco
a este paciente lo podemos ayudar.
EL ENFERMO VERDADERO.
Se conforma con las grandes o pequeñas mejorías que
le podemos brindar y con quien más éxitos obtendremos, tambien pondra lo mejor de el para su pronta recuperacion cumpliendo con las recomendaciones vertidas.
Nosotros podemos ayudarte pero todo cambio comienza por ti, trabajamos de forma seria y responsable en pos de tu salud para que puedas disfrutar la vida a pleno. Recuerde a la vida se vino a vivir, no a sufrir ud decide.
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